Házael González puso el listón muy alto con su primera obra: El despertar. Fueron muchas las expectativas creadas para su segundo libro y siendo sincero, con todo mi corazón, sólo puedo decir que no me ha defraudado... para nada.
En realidad, el autor nos ofrece dos libros en uno. Dos historias que se sitúan paralelas pero que nunca se tocan. Por un lado continua el viaje de la protagonista del primer libro, Zaleha; y por el otro nos presenta un nuevo personaje que protagoniza la otra mitad del libro: Aidarsarán. Viejo amor de la primera y que te muestra otra parte del mundo.
Si la trama de Zalerha avanza siguiendo ese camino lleno de magia, símbolos y ambiente onírico muy similar al libro anterior; la segunda parte que alterna el libro con la anterior se puede ver una historia más clásica tanto en motivo como narración. Tiene destellos de la segunda pero se acerca a la literatura clásica de camino hacia la salvación llena de pruebas casi imposibles de superar.
En general baja el nivel de originalidad para dar más fuerza a la aventura y aprovechar para mostrar con más detalle a las sirenas y su mundo. Continua con su lenta pero perseverante tarea de pintarnos un mundo mágico con pinceladas preciosistas.
La prosa es ágil y bella, la historia engancha desde el principio y el estilo es armonioso con el universo que describe. Es un libro a dos historias cuyo mayor defecto es un final en cliffhanger que se ve venir, pero también logra que al finalizar el libro solo quieras leer más y más y más ...
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